En 2009, Paul Volcker describió célebremente la capacidad de los bancos para evolucionar de la siguiente manera: "La última verdadera innovación de los bancos fue el cajero automático". Pero eso ya no es cierto hoy en día.
Desde la llegada de los servicios en la nube, las API y la banca digital, los bancos han sido testigos de un cambio importante en la forma en que se crean los productos, haciendo hincapié en el espacio para la escala, la facilidad de uso y la rentabilidad. Sin embargo, con el aumento constante de las expectativas de los clientes, los bancos se enfrentan al reto de la transformación digital para seguir siendo competitivos.
La arquitectura bancaria central, la columna vertebral de las operaciones de una institución financiera, se sitúa en el centro de esta transformación. Es esta tecnología fundamental la que procesa las transacciones bancarias diarias y actualiza las cuentas y otros registros financieros.
La arquitectura que elige un banco puede influir profundamente en su agilidad, su capacidad de innovación y la eficiencia de sus servicios. Por ello, seleccionar la arquitectura bancaria adecuada no es una mera decisión técnica, sino una decisión estratégica fundamental para el crecimiento de un banco.
Para ayudarle a tomar la decisión correcta, he aquí una visión general de los tipos de arquitectura bancaria central y cómo elegir una.
Diferentes tipos de arquitecturas bancarias centrales
Varias arquitecturas bancarias pueden caracterizarse por su enfoque del intercambio de datos, la interacción con el cliente y la base tecnológica. He aquí algunas de las más destacadas:
1. Arquitectura monolítica
Las soluciones bancarias monolíticas tienen todas las funcionalidades en un único código base, desplegado como una sola unidad. Son sencillas, eficientes, fáciles de desarrollar y probar, pero difíciles de escalar, modificar y adoptar nuevas tecnologías. Por ejemplo: una aplicación de pago y una aplicación de posición en tienda forman parte de la misma solución informática. Dado que el modelo de objetos es coherente en todos los componentes, no es necesario invertir en complejos mapeos entre las distintas áreas.[1]
2. Arquitectura orientada a servicios (SOA)
SOA rompe las estructuras monolíticas de las soluciones soluciones bancarias básicas en servicios, haciéndolas más modulares. Esta arquitectura facilita la integración con nuevos servicios y aplicaciones de terceros, ofreciendo mayor flexibilidad que los modelos tradicionales.
3. Arquitectura de microservicios
Puede ir un paso más allá con la arquitectura de microservicios, que descompone las aplicaciones en servicios pequeños e independientes. Cada servicio ejecuta su propio proceso y se comunica a través de API. Esta modularidad permite a los bancos actualizar plataformas bancarias o escalar servicios de forma independiente, lo que reduce significativamente el tiempo de comercialización de nuevas funciones. Mientras que la arquitectura de microservicios ofrece a los bancos una flexibilidad muy necesaria a la hora de crear soluciones bancarias básicas, la banca componible va un paso más allá.
¿Qué es la banca componible?
La banca componible es un enfoque que está ganando terreno a medida que los bancos buscan mayor agilidad e innovación. Se refiere a una arquitectura bancaria modular en la que las capacidades se construyen y despliegan como servicios "plug and play".
Pero va mucho más allá de "modular". Verá, la banca modular se caracteriza por un conjunto predefinido de módulos propios que amplían la funcionalidad de los sistemas centrales del banco. Es más bien una pieza de rompecabezas que puede ensamblarse para crear una imagen predefinida.
Mientras que en la banca componible, el núcleo bancario se coordinan entre aplicaciones independientes a través de API abiertas. Y las funcionalidades pueden controlarse añadiendo o eliminando aplicaciones fácilmente. Es más como construir estructuras de Lego en las que los bloques (aplicaciones) pueden sustituirse fácilmente por las soluciones que mejor se adapten. Estas son algunas de las principales ventajas de la banca componible:
- Agilidad: Las plataformas bancarias componibles ofrecen la posibilidad de añadir, actualizar o eliminar servicios sin necesidad de revisar todo el sistema. Para las entidades financieras, esto facilita una rápida respuesta a los cambios del mercado y a las necesidades de los clientes.
- Personalización: Los bancos pueden adaptar su oferta a segmentos específicos de clientes componiendo una combinación única de servicios, lo que proporciona una experiencia más personalizada al cliente.
- Innovación: Con un mercado de servicios, los bancos pueden experimentar y desplegar nuevas funciones rápidamente, fomentando una cultura de innovación.
- Eficiencia de costes: Al reutilizar los servicios y aprovechar las soluciones en la nube, la banca componible puede suponer un importante ahorro de costes en desarrollo y mantenimiento.
Resumen
A la hora de elegir una arquitectura de core bancario, el cambio debe estar en el centro de su decisión, especialmente en términos de la rapidez con la que su organización puede responder a él. Dado el ritmo de la digitalización y la rápida evolución de las expectativas de los clientes, su empresa debe resistir los cambios, ya sean micro o macroeconómicos.
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Autor:
Marketing de iGCB